Como toda adolescente, en eEsa etapa de mi vida soñé y describí al hombre -según yo- de mi vida, y por supuesto, no me reprimí en detalles para hacerlo. Tenía que ser alto, de mi edad, ojos claros, tez clara, contextura ni gorda ni flaca y ni musculosa, caballero, inteligente, decidido, etc,etc... pues Dios escuchó mis plegarias y me mandó a alguién casi casi como pedí. Pero como la vida no es color de rosa, ahí nomás me dí cuenta que no era en realidad lo que quería, aunque no niego que pase momentos lindos y especiales, poco a poco se desinfló ese cariño y lo que tenía de lindo con las cualidades que a mi me gustaban, habían otras que no las compesaban y pasamos de ser cariñosos y compatibles en muchas cosas, a encontrar más y más motivos para pelear, yo no era feliz con él, así que, con mucho dolor pero determinación decidí terminar. Con todo eso, me puse a reflexionar y reestructure a mi hombre ideal, y cambie todos los aspectos que antes me parecía interesantes:
Primero: un chico de mi edad demasiado inmaduro, prefiero a alguien mayor y que me de la seguridad de su experiencia y madurez.
Segundo: alguien guapo no, ahí nomás ya había aprendido la lección, ahora sólo quería a alguien que aunque fuera feo, yo estaría tan enamorada que ni importaría o ni lo notaría.
Tercero: alto, inteligente y decidido lo sigo manteniendo.
Cuarto: ahora sí lo especifique, para nada celoso o sólo lo necesario.
Quinto: que su vida ya estuviera estable y alcanzado algunas de sus metas, con sus amigos; así yo tendría mi espacio y mis amigos.
Sexto: por último, alguien a quien yo mirara y me diera cuenta que ese hombre no era un enamorado, sino alguien con quien yo quería formar una familia.
Fue así que cambié de gustos y me di cuenta que unas cosas importan más que otras, pero todo iba bien y normal - después de todo eran sólo ideas no? - hasta que comenzaron las clases, y parece que Dios escuchó otra vez mis plegarias y conocí a un nuevo profesor: alto, rompía con todos los esquemas de mis anteriores gustos pero me atrajo a primera vista, joven pero mayor para mi y así cumplía con todos mis requisitos. Bueno me gustó un tiempo pero desistí por mi bienestar, luego ya no me enseñó, se fue de la uni, luego regresó y otra vez me gustó, pero otra vez todo quedó ahí , y una vez más - aunque les parezca increíble - comencé a retomar el trato con él y me volvió a atraer, y ahora ando en esas, con una exploción en mi corazón cada que lo veo, no sabiendo ni que hacer cuando estoy a su lado y mucho menos que hablar. En cuanto a él, pues la verdad me confunde muchas veces, a solas: me hace bromas, saludito en la mejilla, hasta agarradita de mano, cambia de sonido a mi nombre de una manera más cariñosa. Pero cuando estoy en grupo con mis amigos, la cosa cambia: como si nada, ya no se me acerca tanto y ni bromea - quien entiende a los hombres - pues la verdad no tengo ni idea de lo que debo hacer y menos que pensar, mi intuición me dice por ahí que mi profesor por ahí también como que quiere agarrar más confianza conmigo pero luego, mejor pienso y tengo miedo que mis ánimos alborotados me esten engañando. Cabe recordar que soy mayor de edad, ambos estamos solteros y él ya no me enseña. Haber chicos y chicas si opinan.
Primero: un chico de mi edad demasiado inmaduro, prefiero a alguien mayor y que me de la seguridad de su experiencia y madurez.
Segundo: alguien guapo no, ahí nomás ya había aprendido la lección, ahora sólo quería a alguien que aunque fuera feo, yo estaría tan enamorada que ni importaría o ni lo notaría.
Tercero: alto, inteligente y decidido lo sigo manteniendo.
Cuarto: ahora sí lo especifique, para nada celoso o sólo lo necesario.
Quinto: que su vida ya estuviera estable y alcanzado algunas de sus metas, con sus amigos; así yo tendría mi espacio y mis amigos.
Sexto: por último, alguien a quien yo mirara y me diera cuenta que ese hombre no era un enamorado, sino alguien con quien yo quería formar una familia.
Fue así que cambié de gustos y me di cuenta que unas cosas importan más que otras, pero todo iba bien y normal - después de todo eran sólo ideas no? - hasta que comenzaron las clases, y parece que Dios escuchó otra vez mis plegarias y conocí a un nuevo profesor: alto, rompía con todos los esquemas de mis anteriores gustos pero me atrajo a primera vista, joven pero mayor para mi y así cumplía con todos mis requisitos. Bueno me gustó un tiempo pero desistí por mi bienestar, luego ya no me enseñó, se fue de la uni, luego regresó y otra vez me gustó, pero otra vez todo quedó ahí , y una vez más - aunque les parezca increíble - comencé a retomar el trato con él y me volvió a atraer, y ahora ando en esas, con una exploción en mi corazón cada que lo veo, no sabiendo ni que hacer cuando estoy a su lado y mucho menos que hablar. En cuanto a él, pues la verdad me confunde muchas veces, a solas: me hace bromas, saludito en la mejilla, hasta agarradita de mano, cambia de sonido a mi nombre de una manera más cariñosa. Pero cuando estoy en grupo con mis amigos, la cosa cambia: como si nada, ya no se me acerca tanto y ni bromea - quien entiende a los hombres - pues la verdad no tengo ni idea de lo que debo hacer y menos que pensar, mi intuición me dice por ahí que mi profesor por ahí también como que quiere agarrar más confianza conmigo pero luego, mejor pienso y tengo miedo que mis ánimos alborotados me esten engañando. Cabe recordar que soy mayor de edad, ambos estamos solteros y él ya no me enseña. Haber chicos y chicas si opinan.
***SISSI***
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